Los entornos de TI actuales están muy distribuidos, con aplicaciones implementadas en centros de datos privados, múltiples nubes públicas y ubicaciones perimetrales. Esto significa que la mayoría de las empresas tienen potencialmente cientos de aplicaciones repartidas en una combinación de ubicaciones basadas en SaaS, IaaS o centros de datos privados, o ubicaciones periféricas. Para añadir aún más complejidad, las TI en la sombra pueden poner en marcha aplicaciones sin el pleno conocimiento del equipo de TI.
Además de un entorno de aplicaciones distribuidas, las organizaciones están adoptando el modelo de trabajo híbrido. De hecho, la investigación de Enterprise Strategy Group de TechTarget indica que la mayoría de las organizaciones creen que más de la mitad (57 %) de su plantilla será remota dentro de dos años.1 Con tantos trabajadores que continúan teletrabajando, se necesita un sólido plan de resiliencia empresarial para dictar el modo en que todos los empleados pueden trabajar de forma remota mientras sus entornos de TI permanecen seguros. Como resultado, ahora las organizaciones deben tener la capacidad de permitir a los empleados acceder de forma segura a las aplicaciones desde cualquier lugar en el que trabajen.