La velocidad de los negocios está acelerando el viaje del centro de datos hacia la transformación digital, impulsando la necesidad de nuevas arquitecturas de red híbridas que combinen centros de datos locales con nubes híbridas. Sin embargo, para satisfacer las demandas dinámicas de rendimiento, escala e interoperabilidad de estas infraestructuras híbridas físicas, virtuales y en la nube, las tecnologías habilitadoras subyacentes deben ser más fiables, eficientes energéticamente y seguras que nunca. Garantizar una visibilidad y un control coherentes en estas arquitecturas de centros de datos híbridos implica muchos desafíos, incluida la necesidad de una arquitectura de seguridad flexible que pueda adaptarse a los cambios para garantizar que todos los componentes de la red sean seguros y funcionen con eficacia.
A pesar de los augurios sobre que el centro de datos local se extinguirá pronto, la realidad es mucho más compleja. Los centros de datos locales y virtuales son piezas fundamentales en el rompecabezas de las redes, que se encuentran en constante evolución en la actualidad y en el que cada parte desempeña un papel fundamental para que las organizaciones puedan competir de manera eficaz en el mercado digital de hoy en día. En este nuevo modelo, la seguridad resulta esencial, no solo para proteger los recursos y los activos, sino para permitir que la red se acelere y se adapte sin introducir riesgos desconocidos que puedan poner en peligro a la empresa. La problemática es que hay pocas soluciones de seguridad diseñadas para satisfacer las demandas de estos nuevos entornos híbridos.