Las organizaciones afrontan la incertidumbre económica mientras las perspectivas son cada vez mas imprevisibles. Esta incertidumbre (que se refleja a menudo en presupuestos cada vez más pequeños) implica aún más presión sobre los directores de informática y los responsables técnicos para que encuentren nuevos caminos a seguir.
Por suerte, aquellos que desarrollen estrategias para capear el temporal mediante la adaptación proactiva de los presupuestos, la redefinición de los procesos para mejorar la eficacia y la planificación continuada del crecimiento sin un incremento considerable de los recursos pueden seguir encontrándose bien posicionados cuando el clima de incertidumbre se disipe.